Rogelio Padilla y Jaime Abundio Rodríguez Gómez, de rodillas frente a la tropa -el valor del buen ejemplo- armados con el fusil 7 mm escuchan la Santa Misa en memoria del Cabo de transmisiones Ignacio Godínez Tenorio muerto heróicamente en 1945.
Luego de la Misa y Ceremonia correspondiente, se efectuó un simulacro de guerra con cohetones y fuego real con los mosquetones 7 mm.
Sorpresivamente y frente a todos los que estábamos en el lugar, un cohetón explotó en la mano dercha de Rogelio Padilla destrozándosela.
(mientras tanto, angustiosamente se buscaba en las inmediaciones a mi compañero y vecino Pompeyo Jiménez Cardona del Pentathlón Menor, sin imaginar que por la noche sería encontrado su cuerpo ahogado en las heladas aguas del río Verde Santiago, luego lo comentaremos).
Septiembre 16 de 1963 el mismo Rogelio Padilla Gómez, oficial del Pentathlón con su mano vendada aún por las secuelas de su accidente, desfila orgulloso en las céntricas calles de Guadalajara. El Comandante de la zona Dr. Cirujano Plástico Javier Pinto Castro, le rescató los dedos pulgar y meñique.
Arturo Ortega.
PARIA HONOR Y FUERZA.
fotos: Jorge Lorenzo Estrada Domínguez.
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